Justicia Transicional : Imputaciones de la JEP y la Verdad Pendiente en el Territorio

La Justicia Transicional avanza con las imputaciones de la JEP por ‘falsos positivos’, reabriendo heridas y exigiendo verdad y reparación. Analizamos su impacto en el Congreso y las víctimas en el territorio.

La Justicia Transicional en Colombia da hoy un paso fundamental con las recientes imputaciones de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) contra 22 personas, incluyendo militares y civiles, por el atroz escándalo de los ‘falsos positivos’ . Esta noticia, lejos de ser un mero trámite judicial, reabre heridas profundas en el territorio y pone de manifiesto la complejidad de construir una paz duradera sobre cimientos de verdad y reparación. Para la Revista Congreso ALD , este avance no solo honra la memoria de las víctimas, sino que también interpela al Congreso sobre la necesidad de fortalecer el marco legal que garantiza que estos crímenes no se repitan, y que la búsqueda de justicia no sea un evento aislado, sino un proceso continuo de sanación nacional.

Los ‘falsos positivos’, ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados como bajas en combate, representan una de las páginas más oscuras del conflicto armado colombiano. La imputación de hoy no es solo un número; cada uno de los 22 acusados ​​tiene una historia ligada a un sinnúmero de víctimas que, en su mayoría, residían en zonas rurales y apartadas del país. Es en estos territorios donde el impacto de la JEP es más palpable y donde la verdad aún busca caminos para emerger por completo.

El Impacto en el Territorio: Más Allá de la Sentencia

Para las comunidades directamente afectadas, la Justicia Transicional significa la posibilidad de nombrar a sus muertos y reconstruir el tejido social. La JEP no solo busca castigar, sino también establecer un relato histórico que reconecte a las víctimas con su dignidad y sus derechos. La llegada de los equipos de la JEP a los municipios donde ocurrieron estos hechos —como Ocaña, en Norte de Santander; Casanare; o Meta—ha sido un faro de esperanza.

Sin embargo, el reto persiste: ¿cómo garantizar que las medidas de reparación integral lleguen a estos territorios marginados? La labor del Congreso es crucial aquí, al asegurar que las leyes de víctimas y restitución de tierras se implementen con recursos y voluntad política, más allá de la finalización de los procesos judiciales individuales. La Justicia Transicional debe traducirse en infraestructura, educación y oportunidades para estas comunidades.

Justicia Transicional
Foto : Jep

El Debate en el Congreso: Institucionalidad y No Repetición

Las imputaciones de la JEP revitalizan el debate en el Congreso sobre la responsabilidad del Estado y la necesidad de reformas institucionales. La discusión se centra en dos ejes:

  1. Cadena de Mando: ¿Hasta dónde llega la responsabilidad? El análisis de la JEP sobre los patrones de criminalidad busca establecer si hubo responsabilidad por acción u omisión en los altos mandos, un tema de alto voltaje político que exige el control y la veeduría del Legislativo.
  2. Garantías de No Repetición: Más allá de las condenas, el Congreso tiene el deber de legislar para prevenir futuros crímenes. Esto implica revisar la doctrina militar, fortalecer los mecanismos de derechos humanos dentro de la Fuerza Pública y garantizar la transparencia en las operaciones. La Justicia Transicional es, en esencia, una promesa de futuro.

La JEP: Un faro de esperanza en tiempos de crisis

En un momento donde la Crisis Institucional domina la política central (con acusación entre el Ejecutivo y la Fiscalía), el trabajo de la JEP emerge como un recordatorio de que, a pesar de las controversias, existe una vía para la verdad y la justicia.

Esta jurisdicción, nacida del Acuerdo de Paz, ha demostrado su independencia y su compromiso inquebrantable con las víctimas. Su avance fortalece la credibilidad en la capacidad de Colombia para enfrentar su pasado más doloroso, y sirve de modelo para otros procesos de Justicia Transicional en el mundo. La defensa de esta institución por parte de los congresistas comprometidos con la paz es vital para que Colombia no retroceda en el camino de la verdad y la reconciliación.

Por: Edward Cipagauta

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