En medio de una escalada de tensiones entre Israel e Irán, marcada por ataques militares de ambas partes, las influencias de Rusia y China se perfilan como factores determinantes en el desarrollo del conflicto. Recientes bombardeos israelíes contra objetivos iraníes responden a la ofensiva de casi 200 misiles lanzados por Teherán y a la intervención de grupos respaldados por Irán, como Hamás y Hezbolá, quienes desde Gaza y el Líbano han intensificado los ataques sobre Israel.

Rusia, aunque no es un aliado formal de Irán, ha fortalecido sus vínculos en los últimos años, llegando incluso a negociar un acuerdo de «asociación estratégica.» A nivel militar, Irán ha sido un proveedor importante de drones y misiles balísticos para Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania, lo cual según expertos, podría llevar a Moscú a bloquear resoluciones de la ONU en contra de Irán. Por su parte, China, aunque con una postura más neutral, mantiene un interés en mantener la estabilidad en la región, clave para sus rutas comerciales y suministro energético.

Este conflicto representa un delicado equilibrio en el que las alianzas y tensiones entre potencias globales amenazan con reconfigurar no solo la estabilidad en Medio Oriente, sino también en otros frentes de tensión internacional como Ucrania.

Por: Fernanda Soto