Crisis del Transfuguismo: Un Debate que Sacude la Política Colombiana.

El debate sobre el acto legislativo que busca legalizar el transfuguismo, permitiendo a los políticos cambiar de partido sin enfrentar inhabilitaciones para las elecciones de 2026, se ha convertido en un tema candente en la política colombiana. Este lunes 28 de junio, el Senado tenía programado discutir el proyecto en su sexto debate, pero el punto fue aplazado, lo que indica que la iniciativa enfrenta una resistencia significativa.

El transfuguismo, que ha sido objeto de controversia, permitiría a varios políticos cambiar de partido sin las restricciones legales actuales. Sin embargo, la oposición ha crecido en las últimas semanas. Varios partidos, incluidos aquellos cercanos al gobierno, han expresado su intención de votar en contra del proyecto. Esta oposición se ha manifestado claramente en la postura del exmandatario Álvaro Uribe, quien, a través de sus redes sociales, dejó en claro su rechazo a la idea. «El transfuguismo es una vergüenza para un país democrático. Los partidos deben ser instituciones doctrinarias, no fábricas de avales. Quien quiera salir de un partido tiene la posibilidad legal de hacerlo, así como de ingresar a otro. Lo que no se puede permitir es el juego de curules que obliga a devolverlas como condición de retiro», afirmó Uribe, quien lidera el Centro Democrático, un partido que cuenta con 12 senadores en el Senado.

El Partido Conservador, con 15 senadores, también ha tomado una posición firme en contra del transfuguismo. Su decisión de no apoyar la ley refleja un consenso creciente entre las fuerzas políticas que consideran que la movilidad de los políticos debe estar enmarcada dentro de principios éticos y doctrinarios, en lugar de ser un mecanismo para el oportunismo.

La situación es aún más compleja si se considera el contexto en el que se desarrolla este debate. La política colombiana ha estado marcada por escándalos de corrupción y una creciente desconfianza hacia las instituciones. En este sentido, la legalización del transfuguismo podría ser vista como un intento de perpetuar prácticas que ya han sido criticadas por la ciudadanía. La posibilidad de que los políticos cambien de partido sin repercusiones podría abrir la puerta a un mayor clientelismo y a una erosión de la confianza pública en los partidos políticos.

Por: Sebastian Orjuela

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *