Bloqueos por manifestaciones y el Pico y Placa intensifican el caos en la Movilidad en Colombia, afectando a millones de ciudadanos en Bogotá, Cali y Medellín. Analizamos el impacto en el territorio y la agenda del Congreso.

El inicio de la semana laboral ha sumido a las principales ciudades de Colombia en un auténtico caos vial, poniendo en jaque la Movilidad en Colombia y la paciencia de millones de ciudadanos. Este martes 4 de noviembre de 2025, Bogotá amanece con bloqueos significativos debido a manifestaciones en puntos neurálgicos como la Avenida Calle 26 con carrera 66 y la localidad de Kennedy, mientras que en Cali y Medellín el rigor del Pico y Placa para placas terminadas en 5 y 6 (Cali) y 5 y 7 (Medellín) intensifica la congestión. La situación refleja un problema crónico de gestión urbana y de relación entre la ciudadanía y las autoridades, que exige la atención urgente del Congreso y de los gobiernos locales en todo el territorio .

El tiempo perdido en trancones se traduce en una pérdida directa de productividad y calidad de vida para las familias. Cientos de millas de personas llegan tarde a sus trabajos, exacerbando la frustración social. Las protestas, que en Bogotá han sido lideradas por diversos gremios y colectivos ciudadanos, evidencian un descontento creciente con las políticas de transporte, la falta de infraestructura adecuada y el impacto directo en la calidad de vida y la economía de los trabajadores. El colapso del transporte público, los retrasos en los desplazamientos y la dificultad para llegar a los lugares de trabajo o estudio son quejas constantes que se repiten en el territorio nacional. Este panorama no solo genera pérdidas económicas significativas para las ciudades, sino que también degrada el tejido social, aumentando la frustración y la polarización entre los ciudadanos y sus dirigentes.

El Desafío del Territorio y la Agenda del Congreso sobre la Movilidad en Colombia

La crisis de la Movilidad en Colombia va más allá de un simple problema de tráfico; es un reflejo de desafíos estructurales en la planificación urbana, la inversión en infraestructura y la capacidad de las administraciones locales para dialogar y construir soluciones con la ciudadanía. Mientras el Congreso se enfoca en debates de alta política como la Respuesta del Banco de la República o la gestión del Oro Colombiano, los ciudadanos del territorio enfrentan diariamente una realidad de calles congestionadas y transporte ineficiente.

Este escenario debería encender las alarmas en el Legislativo. Es crucial que los congresistas y las bancadas regionales revisen la legislación existente y propongan nuevas normativas que faciliten la inversión en transporte multimodal, la regulación de plataformas y la coordinación interinstitucional para mejorar la Movilidad en Colombia . La falta de soluciones efectivas genera un desgaste continuo para las administraciones locales y aumenta el clamor popular por intervenciones más contundentes. La voz de los manifestantes en las calles es un llamado directo a la acción y un recordatorio de que las decisiones tomadas en el Capitolio tienen un impacto directo y palpable en la vida cotidiana del territorio.

Soluciones a la Vista o Más Caos

La pregunta es si las autoridades municipales y nacionales tienen un plan efectivo para descongestionar las ciudades y apaciguar el descontento. Las restrictivas, aunque necesarias en algunos casos, a menudo son impopulares y generan más fricción si no van acompañadas de alternativas de transporte eficientes y medidas sostenibles. La Movilidad en Colombia es un termómetro de la gobernabilidad y de la capacidad de respuesta del Estado. Solo con diálogo, inversión y planificación a largo plazo se podrá transformar el caos actual en un sistema de transporte que funcione para todos los ciudadanos del territorio.

Por: Edward Cipagauta