El Vaticano pide ayuda global frente su crisis económica

Solicitan un recaudo de fondos para poder continuar con sus operaciones y obras de caridad, ya que, arrastra déficits multimillonarios y un creciente agujero en su fondo de pensiones.

El llamado del pontificado fue presentado ante miles de feligreses en la Plaza de San Pedro y rápidamente se ha viralizado en las plataformas digitales. Las imágenes, que captaron el momento de la elección de León XIII el pasado 8 de mayo y sus primeras palabras como Pontífice («La paz sea con todos ustedes»), buscan conectar emocionalmente con los donantes. El mensaje es claro y directo: «Con tu donación al Óbolo de San Pedro, ofreces un apoyo tangible mientras el Santo Padre da sus primeros pasos como Papa. Ayúdalo a proclamar el Evangelio al mundo y a extender una mano a nuestros hermanos y hermanas necesitados».

Esta campaña se enmarca en un contexto de profunda preocupación económica para el Vaticano. Si bien el Óbolo de San Pedro recaudó 48.4 millones de euros en donaciones durante 2023, con Estados Unidos aportando el 28% de ese total, los gastos de este fondo superaron con creces los ingresos, ascendieron a 103 millones de euros en el mismo período.

La situación financiera del Vaticano no es nueva, a pesar de que no se ha publicado un informe presupuestario completo desde 2022, las últimas cuentas aprobadas a mediados de 2024 revelaron un déficit de 83 millones de euros. Sin embargo, más alarmante aún es la crisis del fondo de pensiones de la Santa Sede, ya que, para el año 2022 el déficit de este fondo fue estimado en 631 millones de euros.

Estos desafíos financieros obligan al Vaticano a buscar estrategias para asegurar la sostenibilidad de sus operaciones como: una extensa red diplomática, museos vaticanos, instituciones de medios de comunicación, el mantenimiento del patrimonio inmobiliario y una extensa labor caritativa a nivel global.